era, cuando había más gente,
ponerme medio caliente,
pues cuando puntiao me encuentro,
me salen coplas de adentro
como agua de virtiente.
Era un amigo del jefe
que con un boliche estaba;
yerba y tabaco nos daba
por la pluma de avestruz,
y hasta le hacía ver la luz
al que un cuero le llevaba.
La pulpería pintado por Antonio Seguí
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